REALIZACIÓN:

Representaciones:

Hermosa compostura
de esta varia inferior arquitectura,
que entre sombras y lejos
a esta celeste usurpas los reflejos,
cuando con flores bellas
el número compite a sus estrellas,
siendo con resplandores
humano cielo de caducas flores.

¿Quién me llama,
que desde el duro centro
de aqueste globo que me esconde dentro
alas viste veloces?
¿Quién me saca de mí?
¿Quién me da voces?

Yo, que Ley de Gracia soy,
la fiesta introduzgo hoy;
para enmendar al que yerra
en este papel se encierra
la gran comedia, que Vós
compusisteis solo en dos
versos que dicen así:
Ama al otro como a ti,
y obra bien, que Dios es Dios.

Ya sabes que nunca gusto
de salir de casa yo,
quebrantando la clausura
de mi apacible prisión.

Delante dél
he de ponerme yo
para ver si mi hermosura
pudo rendirle a mi amor.

¿No ha de haber placer un día?
Dios, di, ¿para qué crió
flores, si no ha de gozar
el olfato el blando olor
de sus fragrantes aromas?

Sin nacer he de morir,
en ti no tengo de estar
más tiempo que el de pasar
de una cárcel a otra obscura,
y para una sepultura
por fuerza me la has de dar.

¿A quién mirar no le asombra
ser esta vida una flor
que nazca con el albor
y fallezca con la sombra?

Viendo estoy mis imperios dilatados,
mi majestad, mi gloria, mi grandeza,
en cuya variedad naturaleza
perficionó de espacio sus cuidados.

Decid: ¿no tenéis vergüenza
que un hombrazo como vós
pida? ¡Servid, noramala!
No os andéis hecho bribón.
Y si os falta que comer,
tomad aqueste azadón,
con que lo podéis ganar.

De cuantos el mundo viven,
¿quién mayor miseria vio
que la mía? Aqueste suelo
es el más dulce y mejor
lecho mío que, aunque es
todo el cielo pabellón
suyo, descubierto está
a la escarcha y al calor;
la hambre y la sed me afligen.

A mi dilatado imperio
estrechos límites son
cuantas contiene provincias
esta máquina inferior.
De cuanto circunda el mar
y de cuanto alumbra el sol
soy el absoluto dueño,
soy el supremo señor.

El rey, supremo señor,
goza de la majestad
sin acordarse que yo
necesito dél; la dama,
atenta a su presumpción,
no sabe si hay en el mundo
necesidad y dolor.

¿Qué es esto?
Es alguna tribulación
que la Religión padece.
Llegaré a tenerla yo.

¿No hay puertas donde llamar?
¿Así os entráis donde estoy?
En el umbral del zaguán
pudierais llamar, y no
haber llegado hasta aquí.

Pues pródigamente el cielo
hacienda y poder me dio,
pródigamente se gaste
en lo que delicias son.
Nada me parezca bien
que no lo apetezca yo;
registre mi mesa cuanto
o corre o vuela veloz.

Este Auto Sacramental se estrenó el día 27 de Junio de 2002 en el Retablo del Altar Mayor de la

Parroquia de San Mateo

¿Quién vio trabajo mayor
que el mío? Yo rompo el pecho
a quien el suyo me dio
porque el alimento mío
en esto se me libró.
Del arado que la cruza
la cara, ministro soy,
pagándola el beneficio
en aquestos que la doy.

11/04/2015 Se representa en la iglesia de Santa María de Cádiz y a beneficio de la restauración del Claustro de dicha iglesia. Gran éxito ante la asistencia de unos 100 espectadores. Fue muy aplaudida la intervención del Mundo y la estampa final.

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